con tu pelo rizado
y tu carita colorada,
tu delantal muy blanco
y tu bata de percal,
vendiendo higos y aceitunas,
qué más da,
y en el barrio de la Viña
con tu gracia choquera
que no se podía aguantar.
Han pasado más de cincuenta años
y siempre estoy a tu lado,
me enamoré de niño
y aún sigo enamorado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario