domingo, 20 de febrero de 2011

MI TÍO PACO: MI PERSONAJE INOLVIDABLE (III)

…Cuando la guerra del 33 pasó, , nos vinimos a Cádiz, a la calle Sacramento 76, en un corralón con dos habitaciones y al año cogió un puesto de frutas en la plaza. A los dos años un puesto en la misma calle Sacramento, pues era un buen hombre y no paraba de trabajar, sin tener hijos, pero se entregó a nosotros más que un padre, por eso yo lo quería tanto.

Así pasaron varios años. Como nosotros teníamos un carro con un borrico, un día le salió un porte de muebles de una mudanza y a la señora le sobraban muchos muebles y se los regaló. Así nos los llevamos al corralón y ahí ya empezó a ser baratillero. Todos los días llevábamos los muebles al baratillo de la Plaza de Abastos.

Como el negocio de los muebles le iba bien, traspasó los puestos y nos fuimos a vivir a la calle Hércules 2, accesoria, y allí fue cuando nos cogió la explosión, nos pasó una cosa curiosa.

Tres años antes de la explosión, se murió mi hermano mayor y mi abuelo. Todos los días íbamos por las tardes a una huerta que estaba junto a torpedos, que era de uno llamado Esteban, que tenía una venta. Allí teníamos las cabras y nos traíamos la leche. Allí encerraba las cabras y nos sacaba la nuestra. Y el mismo día de la explosión, por la mañana, un amigo de mi tío en el baratillo me dice… dile a tu tío cuando venga que vaya a Chiclana a recoger los dos cochinos que compró, porque se les va a morir de hambre. Y eso se me metió a mí en la cabeza.

Y estando en la venta, le digo, tío Paco, ¿por qué no vamos a Chiclana por los cochinos? Y me dice, Antonio, ¿cómo vamos a ir a Chiclana si tu madre no sabe nada?

Tanta lata le di, que nos fuimos una hora y media antes de la explosión.

Donde nosotros habíamos estado, despareció todo pues estaba junto a torpedos. Todos los que habían estado allí murieron, pero nosotros no nos enteramos de nada pues nos quedamos en el campo.

Al otro día por la mañana, cuando fuimos a Chiclana, había un escándalo muy grande de coches militares de la Cruz Roja con personas heridas. Y mi tío le preguntó a uno y le dijo que medio Cádiz se había hundido. Yo empecé a llorar y un coche de la Cruz Roja nos trajo.

Mientras tanto, mi madre y mis hermanas nos dieron por muertos y cuando llegamos por la calle Hércules, ya se lo habían dicho a mi madre y todos llorando nos abrazamos.















No hay comentarios:

Publicar un comentario